lunes, 26 de diciembre de 2011

Feliz Falsedad, o como creerse ingenioso

Hay mucha gente que te dice "feliz falsedad" y así se creen más ingeniosos o más trasgresores o yo que se qué. En el fondo yo creo que se creen superiores y por eso lo dicen y me da lástima, porque la Navidad es una época bonita, la más bonita del año.

Es época de reunirse con la familia o con los amigos si no soportas a los primeros. Disfrutar con los niños, comprar algún regalito y ver pelis que ya hemos convertido en clásicos navideños, como por ejemplo "El día de la bestia"

Es verdad que en esta época se aprovechan para que seamos más buenos, galas benéficas, sms solidarios, donaciones en stand... y digo yo ¿qué coño tiene de malo? El ser humano es un asco durante doce meses al año vamos a dejar que al menos durante la Navidad alguno que otro se reconcilie con el mundo.

A mi me gusta poner el Belén, el árbol que ya es tradición y el espumillón. No hay navidad sin espumillón. Y no hay Navidad sin acordarte de los que ya no están.

Hala, ahí va un post serio para variar. Otro día igual escribo sobre Urdangarín, el chorizo real y me cago en algo, pero hoy es que no se qué me pasa que no tengo ganas.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo.

    Y es que nadie parece darse cuenta de que TODO termina convirtiéndose en una moda, trangresión incluida.

    A mí sí me gusta la Navidad. Y a mucha honra.

    Un saludo.

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  2. Bueno a mi no me gusta mucho la navidad la verdad, pero des de que tenemos a la niña, pues uno se lo coge con mas ilusión, porque ves que ellos disfrutan y tal.

    No sería mejor, ser un poco mas bueno todo el año?
    Hay much@ hij@ put@ suelt@ por ahí, que parece que en navidad, regala 4 chuminás y cree que ya ha limpiado su karma.

    No se, cada uno ve la navidad a su manera, yo respeto a quien le guste y a quien no le guste, por que al final la vida es eso, respetar a los demás sin joder a nadie.

    Buenas Fiestas.

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  3. Estoy totalmente de acuerdo, me encanta la navidad, me encanta sentirme un niño ilusionado con el espumillón, el arbol, la bolas de colores y todo el tinglado. No necesito el permiso, ni el carnet de modernidad de nadie para tener mis propios sentimientos.

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